Cronología de una herida: progresión a la cronicidad
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una herida  es una pérdida de continuidad de la piel o mucosa producida por algún agente físico o químico.  Una herida es una lesión secundaria a un traumatismo o a una condición que produce una alteración en la integridad de los tejidos.


Existen múltiples tipos de heridas, que se pueden clasificar de la siguiente manera:

Por raspadura: causadas por el roce de la piel con una superficie áspera o rasposa.

  

Cortante o incisa: ocasionadas por un objeto filoso (ejemplo: cuchillo o un vidrio). Con bordes limpios y bien definidos.

 

Punzante: herida profunda producida por un objeto penetrante (ejemplo: clavos). Su gravedad depende de la profundidad y de las estructuras que puedan o no lesionarse.

Contusa: generada por el impacto con un objeto romo (es decir, no cortante como una piedra o un martillo). Tiene bordes irregulares y presentan un hematoma.

Según su profundidad                                                

      ü  Superficial: solo atraviesa la piel.
 ü  Profunda: atraviesa el tejido subcutáneo.
 ü  Penetrante: cuando penetra una cavidad (abdomen, tórax). 

Según su tiempo de evolución:

   Agudas. Cicatrizan en el periodo de tiempo que oscila entre los 7 y 21 días aproximadamente. Su cierre se produce sin infecciones ni complicaciones.

Crónicas. Las heridas crónicas son aquellas que requieren de un período de tiempo muy prolongado para su cicatrización y cierre, el cual supera lo previsto para la magnitud y el tipo de herida. Algunos autores consideran un tiempo de mayor a 6 semanas.

Coagulación (hemostasia)

Inicia inmediatamente de ocurrir la lesión y su objetivo es detener la hemorragia. Se activa el sistema de coagulación para formar un coágulo estable.

Proliferación

Su objetivo es regenerar el tejido y cubrir la herida. Se divide en tres etapas: 1) regenerar el tejido de la herida; 2) contraer los márgenes de la herida; y 3) cubrir la herida (epitelización). Suele durar de cuatro a 24 días.

 



Inflamación (fase defensiva)

Alcanza su punto máximo entre las 24 y 48 horas de producida la lesión y termina alrededor del cuarto al sexto día. Su objetivo es destruir bacterias y eliminar residuos. Durante esta fase puede haber edema, eritema, calor y dolor.

Maduración

El nuevo tejido gana fuerza y ​​flexibilidad lentamente. Esta varía mucho de una herida a otra, dependiendo de su tamaño y profundidad. Suele durar de 21 días a dos años. 


Cuando las heridas se vuelven crónicas, también conocidas como “úlceras”, es de vital importancia favorecer el proceso de cicatrización para conducirlas a un rápido y mejor cierre. Las terapias con oxígeno se han vuelto indispensables en el manejo de las heridas crónicas, pues este favorece la reparación y cierre de la misma.

Actualmente existen dispositivos pequeños, discretos y de fácil utilización que permiten que el paciente realice sus terapias desde la comodidad de su casa. El dispositivo NATROX es ideal por sus excelentes resultados. Algunas de sus indicaciones de uso incluyen diferentes tipos de heridas crónicas como:

ü  Úlcera arterial.
ü  Úlcera venosa.
ü  Úlcera de pie diabético.
ü  Para preparar el lecho para injerto o colgajo.
ü  En colgajo con dehiscencia superficial.


NATROX ofrece una terapia poco invasiva y extremadamente eficaz. Brinda un suministro de oxígeno de manera continua a una herida, durante las 24 horas del día, mostrando una tasa de curación del 80% de los casos.  De esta manera, cuando una herida se cronifica es hora de brindarle los cuidados que esta requiere, y la terapia con NATROX es uno de ellos. 

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