Las heridas crónicas se ven afectadas no solo por las circunstancias en la herida (factores locales) sino también por la enfermedad general del paciente (factores sistémicos). Existen algunas causas importantes que conllevan a condiciones de cicatrización deficientes, sin embargo, para conocer las razones primero es importante entender que nuestro cuerpo está preparado para reparar y sanar heridas de todo tipo en un tiempo determinado. Dicho tiempo depende de las características específicas de cada lesión, como su extensión y profundidad, la zona afectada, el tipo de herida, y el daño producido; así como también las características propias de la persona afectada: edad, el tipo de piel y las patologías de base que pueda tener.
Sin embargo, existen heridas que no logran cicatrizar según lo previsto, alargándose en el tiempo y convirtiéndose entonces en heridas crónicas, también conocidas como úlceras. Las heridas crónicas, además de afectar considerablemente la calidad de vida de la persona que la padece y de quienes lo rodean, también genera un impacto negativo en el sistema sanitario.
Heridas
crónicas
Una herida crónica es aquella que requiere un periodo de tiempo muy prolongado para su cicatrización, el cual supera lo previsto para la magnitud y el tipo de problema. Cuando se habla de heridas crónicas muchos autores consideran un tiempo de 6 semanas en el que no ha culminado el de cierre de la misma, y que cuando lo hace este es por segunda intención, siguiendo un complejo proceso que elimina y reemplaza el tejido dañado.
Las heridas crónicas o úlceras tienen características que las diferencian de las heridas agudas, siendo la principal el tiempo que toma cada una para cicatrizar. Las heridas agudas evolucionan favorablemente en el tiempo establecido. Por lo general, una herida aguda pasará por todas las etapas del proceso de cicatrización de forma ininterrumpida, secuencial y en un periodo de tiempo predecible, llevando al cierre espontáneo de la lesión.

No obstante, cuando la herida permanece estancada en alguna de las fases de la cicatrización durante un periodo de tiempo superior a los 21 días, se considera crónica. Este estancamiento puede ser producido por la interacción de diversos factores, como el estado nutricional del paciente, el nivel de oxigenación de los tejidos, una elevada carga bacteriana o proceso infeccioso, el exceso de humedad local, el estrés físico y emocional y la presencia de patologías concomitantes.
¿Cuáles son los tipos de heridas crónicas?

Úlcera por presión
Se producen por la combinación de diversos factores externos como las fuerzas de presión, cizallamiento y fricción, en donde la relación presión/tiempo es fundamental. Úlceras iatrogénicas producidas por mecanismos de roce y presión.

Úlcera de la extremidad inferior
Se producen por una alteración de la circulación sanguínea venosa y arterial en las extremidades inferiores. Se diferencian las úlceras venosas, arteriales y lesiones del pie diabético.
Úlceras venosas: se producen por incompetencia funcional o anatómica de las válvulas venosas. Son las heridas crónicas más frecuentes, apróximadamente un 80%-90%.
Úlceras arteriales: Son el resultado de una isquemia severa y prolongada en el tiempo, presentando una frecuencia de un 5% de las úlceras de la extremidad inferior.
Pie diabético: la úlcera por pie diabético no es una herida crónica por definición, sino que es una herida que se cronifica con el tiempo, ya sea por un retraso en el diagnóstico o por un tratamiento inadecuado de la misma.

Úlceras neoplásicas
Son lesiones cutáneas que aumentan progresivamente de tamaño dando lugar a una úlcera abierta que no cicatriza y destruye el tejido circundante. Se distinguen las úlceras neoplásicas originadas por el propio tumor, y secundarias a metástasis o por complicaciones de procedimientos terapéuticos como la quimioterapia por extravasación del citostático y la radioterapia.
Factores que impiden o retrasan el proceso de cicatrización
Algunas causas importantes que conllevan a condiciones de cicatrización deficientes son:
Locales:
Bacterias resistentes: Cuando las heridas se ven afectadas o invadidas por biopelículas bacterianas el proceso de cicatrización se retrasa. Las biopelículas son comunidades microbianas complejas que viven en una matriz tridimensional de polisacáridos, que actúa como barrera, protegiendo a los microorganismos del ataque celular y químico que el sistema de defensa del cuerpo y los antimicrobianos puedan emplear.
Infección: Las infecciones ocurren cuando entran bacterias en las heridas. Cuando las heridas son producidas por objetos como el vidrio o el metal tienen tendencia a infectarse. También, la higiene deficiente de la herida y los cuidados inadecuados conllevan a la herida a infectarse.
Isquemia: La sangre aporta oxígeno y nutrientes necesarios para la curación de las heridas: Además, limpia la herida eliminando bacterias, toxinas y desechos. Por esto, todas las situaciones que reducen el flujo sanguíneo y la oxigenación son causas directas de que la herida no cicatrice.
Exceso de tejido desvitalizado y/o necrótico: Estos tejidos deben eliminarse con una buena limpieza o desbridamiento para que la herida pueda cicatrizar. De no hacerlo, no se logrará el cierre.
Situación y ubicación de la herida: Las heridas que están bajo constante presión no lograran cicatrizar, al igual que las que están expuestas a constantes traumatismos. Por otro lado, aquellas heridas ubicadas en zonas húmedas como los pliegues o que estén expuestas de forma prolongada a la orina y las heces, no podrán cicatrizar, ya que la piel se macera, y se erosiona.
Sistémicos:
La enfermedad cardiovascular, la neuropatía diabética, la enfermedad metabólica y la presión arterial alta pueden afectar la circulación e interferir con la curación. También, la anemia y la enfermedad pulmonar crónica afectan la oxigenación.
Los pacientes con obesidad tienen un exceso de tejido adiposo, por lo que el proceso de cicatrización se ve afectado.
El hábito tabáquico también afecta la cicatrización de la herida porque reduce la circulación sanguínea.
Medicamentos: Disminuyen la capacidad de reproducción tisular.
Los corticoesteroides inhiben la respuesta inflamatoria y retrasan la curación.
La quimioterapia evita que las células proliferen y dificulta la cicatrización de las heridas.
La radioterapia deprime la función de la médula ósea, lo que aumenta el riesgo de infección.
La antibioticoterapia prolongada aumenta el riesgo de resistencia antibiótica por parte de las bacterias y de infección secundaria.
Las dosis altas de anticoagulantes son perjudiciales en heridas crónicas.
Inmunodepresión: Un sistema inmunitario débil tiene dificultades para combatir la infección. Los tratamientos de radioterapia y quimioterapia, algunos medicamentos, enfermedades como el cáncer, el lupus y el SIDA debilitan los mecanismos de defensa propios del cuerpo.
Edad avanzada: Los adultos mayores tienen tendencia a curarse más lentamente que aquellos de menor edad. La respuesta inflamatoria es lenta al igual que la producción de anticuerpos, tienen menor capacidad de reproducción celular y la piel es frágil, lo que los hace más propenso a contraer infecciones que enlentezca el proceso. Además, es más probable que tengan enfermedades crónicas como diabetes y enfermedades del corazón que perjudican la circulación y la oxigenación.
Nutrición: La dieta balanceada es esencial para que las heridas cicatricen correctamente. Es importante cubrir todas las necesidades nutritivas del cuerpo, brindándole un aporte más elevado de proteínas y calorías, zinc y vitaminas A y C. a estos pacientes se les debe realizar un plan de alimentación especial que incluya todos los aportes nutritivos necesarios.
¿Cómo favorecer al proceso de cicatrización de una herida crónica?
Brindar un adecuado manejo y tratamiento que responda la causa.
Contar con un equipo multidisciplinario.
Realizar las curas y limpiezas de acuerdo al tipo de herida que se presenta.
Proporcionar un plan de alimentación completo y saludables, que incluya todos los grupos alimentarios y suficientes líquidos.
Eliminar el hábito tabáquico.
Evitar el daño por presión a las heridas.
Cambiar la posición del paciente cada 15 minutos.
Mantener una dieta saludable. Consumir alimentos sanos e ingerir líquidos según las indicaciones médicas.
Mantenerse hidratado.
Hacer una inspección minuciosa de la piel diariamente para detectar inflamación, llagas, ampollas, sarpullido, o cambios en el color de la piel o la temperatura.
Los factores que conllevan que las heridas crónicas no cicatricen o tarden más en hacerlo están estrechamente relacionados unos con otros. Muchas de las causas locales son consecuencia de los factores sistémicos, o los factores sistémicos incluyen en su evolución muchas de las causas locales. Determinar la etiología es fundamental para ofrecer un buen tratamiento. Brindar atención, cuidados y seguimiento por parte de un equipo multidisciplinario también forma parte del éxito de sanación.
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