Una escara es una úlcera que se produce con frecuencia en personas con poca movilidad, encamados o con alguna condición médica que limite los cambios posicionales. A pesar de ser lesiones que disminuyen considerablemente la esperanza de vida de quien la padece, son altamente prevenibles y tratables si se detectan a tiempo.
Las ulceras por presión (UPP), ulceras por decúbito o conocidas coloquialmente como ‘‘escaras’’, son lesiones de piel típicas de aquellos que permanecen demasiado tiempo en una misma posición.
¿Por qué ocurren?, fácil: Nuestro cuerpo funciona con nutrientes y oxígeno que llegan a través del torrente sanguíneo. ¿Qué ocurre si la sangre no llega a los tejidos? Se lesionan, dañan y, por último, se necrosan. La presión entre las prominencias óseas y estructuras sólidas (como las bases de las camas) causan problemas de perfusión sanguínea, lo que eventualmente, en pacientes crónicos, se traduce en la aparición de estas complicadas lesiones que llamamos úlceras.
Los pacientes que tienen mayor riesgo de padecer UPP poseen condiciones médicas que limitan su libertad para cambiar de posición (como aquellos hospitalizados por mucho tiempo). La localización va a depender de la posición del paciente, siendo las más frecuentes el cóccix, el talón, los glúteos y la parte posterior del brazo o antebrazo en los pacientes que utilizan sillas.
Signos de alarma
Como familiares representamos una ayuda vital para nuestro ser querido, ya que de nosotros depende su supervisión y cuidado, es por ello que a continuación te enseñamos los signos que nos indican que una escara está a punto de formarse:
Cambios de color en la piel de una zona sometida a presión.
Cambios en la textura de la piel, como asperezas o resequedad.
Hinchazón
Picazón
Salida de pus
Cambios de temperatura al tocar la piel, como sentirse más fría o caliente que la piel alrededor.
Aumento de la sensibilidad en la zona de presión.
Prevenir es prioridad
Es bien sabido que la mayoría de las úlceras por presión pueden ser evitadas con la aplicación oportuna de medidas de atención y cuidados. No debemos limitarnos a la estancia hospitalaria, sino que también debemos procurar aplicarlas en el domicilio si así se requiere.
La causa principal que condiciona la aparición de la UPP es la presión mantenida sobre un mismo punto de la piel, es necesario hacer rotaciones periódicas de la persona que permanece en cama o sentada. Pueden ser cada 2 a 5 horas en personas encamadas y cada 30 minutos a 1 hora en personas sentadas.
Tratamiento
El tratamiento comprende las medidas similares a las usadas para una herida crónica: limpieza de la lesión, cumplimiento de antibióticos tomados o endovenosos, aplicación local de pomadas antibacterianas y el desbridamiento del tejido dañado. A pesar de que estas medidas son efectivas, se ha demostrado actualmente que las curaciones en ambientes húmedos, asociada a dispositivos de terapia transdérmica continua de oxígeno, representan una medida eficaz y menos costosa que otras técnicas convencionales.
No podemos olvidar que, para favorecer la cicatrización, es necesario que el paciente se alimente adecuadamente, cumpla con los requerimientos dietéticos y esté informado -en lo posible- sobre lo que representa esta lesión. Así mismo, la higiene, los factores ambientales como la ventilación, temperatura y el examen minucioso a diario de la piel son necesarios para prevenir las UPP o abordarlas fases tempranas.